Y después de un larguísimo y eterno camino desde Bogota hasta Mocoa, así fue la experiencia del fin de semana largo en ese departamento desconocido para mi: el Putumayo, ni idea que existía, ni idea de donde estaba, ni idea que había, pero eso era algo de lo que me emocionaba dado que iba en busca de experiencias nuevas y diferentes y sobre todo de estar en contacto con la naturaleza que era lo único que sabía sería seguro.
La sorpresa, en el dia 1.
Ciertamente cuando empecé a escribir mis experiencias y compartirlas en el blog era con el afán de que a través de algún viaje o destino al que había visitado les diera alguna tipo de consejos respecto a ropa, costos, como llegar o incluso que hacer, donde comer y quizá donde beber...o hasta poder inspirar a viajar mas y conocer el mundo.
La sorpresa, en el dia 1.
Ciertamente cuando empecé a escribir mis experiencias y compartirlas en el blog era con el afán de que a través de algún viaje o destino al que había visitado les diera alguna tipo de consejos respecto a ropa, costos, como llegar o incluso que hacer, donde comer y quizá donde beber...o hasta poder inspirar a viajar mas y conocer el mundo.
Cuando planeaba ir a Colombia traté de no leer mucho al respecto, al final que ya había estado en la capital y otra ciudad mas, Villavicencio en el departamento del Meta, sin embargo cuando amigos blogueros de Colombia se enteraron que visitaba ese país me sugirieron que visitara el departamento del Putumayo, en concreto con Ecoturismo Putumayo, el cual habían visitado recién en un Blogtrip una semana antes a mi llegada.
El Viernes, después de visitar Zipaquirá la cita era 8 pm en la terminal de Autobuses y yo estaba puntual, nos presentamos John Aldana y yo y listo para partir.

Después de una hora abajo escuchando instrucciones de salvamento y seguridad en caso de accidentes o emergencia volví a subir porque mi cámara sumergible estaba bloqueada y entonces debía esperar a sacarla de la carcasa para volver a operarla y hacer eso abajo era imposible por la brisa que llegaba de la furiosa cascada.

Al llegar a la cima nuevamente, me encontré con la sorpresa de que quienes había estado abajo cuando yo subí por primera vez habían hecho almuerzo y cuando yo estaba abajo eran los de arriba quienes estaban almorzando, así que fui el único que se quedó sin comer, y estando a 1 hora de caminata en medio de la nada no había mas opción que aguantarse hasta la cena en la posada.
Tocaba turno a caminar unos 45 minutos de vuelta hasta donde nos esperaba un pequeño bus para ahorrarnos otro tanto de caminata y dejarnos en la posada.
Después de la cena, un poco de charla con mis dos amables compañeros de habitación y descansar un poco pues el día siguiente se suponía el día mas pesado y había que salir muy temprano.
🥾 Día 2: El Ojo de Dios y la verdadera prueba
Dado que el acuerdo de la noche anterior era salir de la posada lo mas temprano posible, esto era que el numeroso grupo sería separado en 2 y salir con 1 hora de diferencia, 6:30 am y 7:30 am respectivamente uno del otro.Yo por la noche había decidido que me marchaba para continuar con mis planes en el Eje Cafetero dado que no haría ninguna actividad y así se lo dije al guía por la mañana, sin embargo me dijo que 2 personas no harían el recorrido para ese día y entonces el equipo sobrante podía usarlo yo...vaya, ¡que suertudo!. Para éste recorrido es posible llevar cámara solo si es resistente al agua, así que para muchos es la desconexión total con el mundo exterior y tecnológico para adentrarse al contacto con la naturaleza, abrir la mente y llenarla de recuerdos.
La ruta de este día era mas larga y complicada que la del día anterior, así empezábamos a caminar por los senderos que nos llevarían primero la que llaman el Ojo de Dios y posteriormente iríamos a la Cascada del Fin del Mundo; no iba ni a la mitad del camino y yo ya estaba con la lengua de fuera y visualmente agotado por la subida, por la altura, por el camino sinuoso, por las veredas resbaladizas; así que era el momento justo para empezar a "mambear" hoja de coca, esto sirve como estipulante e inhibe la fatiga, asi como superar el mal de altura. Después de 45 minutos de caminata yo ya iba de penúltimo, solo por delante del guía...
Yo - ¿Falta mucho?, ¿Ya casi llegamos?, preguntaba.
Guía - Si, claro (me respondia con gran seguridad) nos falta como 1 hora y 15 minutos mas o menos pero ahí adelantito termina la subida, ya lo demás es plano.
Yo - ¿Hay opción de regresarse?
Guía - Claro, si gustas. Pero Vitico (me decía) si ya estas a nada de la mitad del camino ¿para que quieres volver?, ademas volverías solo.
Yo - Se hizo un silencio y reflexione sus palabras mientras seguía caminando sin parar.
🌿 Ojo de Dios y el Fin del Mundo
En fin, se acaba la subida y la hoja de coca ciertamente me había dado ese "punch" para llegar; ahora había que continuar entre senderos de barro y arboles, lo que daba una sensación de armonía con la naturaleza. Después de un accidentado resbalón y un dedo pinchado llegábamos al encuentro con el Ojo de Dios, una caída de agua por un natural hueco de roca que se asemeja y me recordaba el descenso en Xenotes en el cenote Lu'um, solo que éste abierto una vez que se llega abajo; lo único que no cambia es la belleza natural.Recibíamos las ultimas instrucciones de seguridad y sobre como bajar, disfrutar el descenso y maravillarse con la vista... ¡listo! no había opción para repetir y por ser el segundo grupo nos tocaba desmontar el equipo para continuar con la ruta. A partir de ese momento el camino continuó justo por donde el agua forma un lazo romántico con las enormes rocas que llevan hasta el Fin del Mundo (la cascada), así que otros 45 minutos refrescantes con esa agua fría, deslizando, esquivando y golpeándonos contra las piedras; nos encontrábamos con que había que hacer dos pequeños saltos de unos 3 - 4 metros máximo para continuar sobre el agua y yo me sentía como clavadista de la Quebrada en Acapulco.
"no entiendo porque lo llaman el fin del mundo si desde esta orilla se puede tomar impulso para volar hacia un nuevo mundo, vislumbrar nuevos caminos, nuevos sueños y nuevas metas, por tanto, sería el comienzo de un Mundo nuevo por descubrir".
Así, habíamos alcanzado ya al primer grupo y nos decían que solo habían bajado 3 personas, había 8 en espera mas todo nuestro grupo que era conformado por 11 personas mas...así que yo decidí no bajar junto a otra persona, pensando en no retrasar mas el regreso.
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Cascada Fin del Mundo. |
🌑 El regreso: una caminata mística
Era la hora de volver de tan maravilloso y natural sitio y llevarse el recuerdo en la mente y el alma, porque fotos...pocas. El sol empezaba a ocultarse y la luna a acariciarnos al empezar la caminata y aquí una de las cosas mas reconfortantes y memorables de esta visita al Putumayo, se imaginan caminando en medio de la selva en total oscuridad entre senderos llenos de lodo, raíces y rocas ¡23 personas en fila! con únicamente 2 lamparitas iluminando el camino, eso es como estar en un punto desconocido de la selva Amazónica, es un sentimiento de encontrarse con un mismo mientras se está perdido, escuchar los reales sonidos de la selva, el viento y la incertidumbre de si nos alcanza o no la lluvia nocturna típica de la región; luego había que cuidarse de no tocar mucho los arboles, pues la probabilidad de ser picado por una hormiga Conga era mas alta (como le sucedió a una chica), no se si se pueda describir el dolor pero si recuerdo que ella lloraba porque ¡le habían picado 3!. Diez minutos de caminata después yo sentía algo en el hombro y sin moverme le pregunto a la chica que caminaba enfrente de mi: ¿tengo algo? y con ese característico tono colombiano exclama:
- hijo'eputa ¡la Machaca! ¡la Machaca! - me quedo inmóvil y el guía de atrás me dice que no es la machaca pero que me quedara tranquilo para quitármela, ya después me contaron algo de la "leyenda de la Machaca", algo que causa mucha gracia, jajaja!
Del total de aventureros caminando a oscuras entre la selva si fueron 5 los que se salvaron de un resbalón o una caída fueron muchos y al llegar al refugio era evidente el cansancio que todos llevábamos después de mas de 1 hora y 30 minutos bajo esas condiciones.
Fue un Domingo de contrastes porque por la mañana yo pensaba en irme del sitio y por la noche estaba mas que agradecido haber sentido esa magia especial en esa que parecía una caminata interminable pero que fue inolvidable, y que aun a pesar del cansancio que me llevó llegar de vuelta a la posada, el contacto con la belleza natural del lugar me cargó de una energía especial para continuar el camino y la ruta por Colombia.
Así cumplíamos un dia mas de aventura por la entrada al Amazonia Colombiana, muy intenso pero reconfortante, no había tiempo para mas...había que descansar que al día siguiente ya partiría rumbo a la zona Cafetera mas representativa de Colombia para hacer una parte del Eje Cafetero.
- hijo'eputa ¡la Machaca! ¡la Machaca! - me quedo inmóvil y el guía de atrás me dice que no es la machaca pero que me quedara tranquilo para quitármela, ya después me contaron algo de la "leyenda de la Machaca", algo que causa mucha gracia, jajaja!
Del total de aventureros caminando a oscuras entre la selva si fueron 5 los que se salvaron de un resbalón o una caída fueron muchos y al llegar al refugio era evidente el cansancio que todos llevábamos después de mas de 1 hora y 30 minutos bajo esas condiciones.
Fue un Domingo de contrastes porque por la mañana yo pensaba en irme del sitio y por la noche estaba mas que agradecido haber sentido esa magia especial en esa que parecía una caminata interminable pero que fue inolvidable, y que aun a pesar del cansancio que me llevó llegar de vuelta a la posada, el contacto con la belleza natural del lugar me cargó de una energía especial para continuar el camino y la ruta por Colombia.
Así cumplíamos un dia mas de aventura por la entrada al Amazonia Colombiana, muy intenso pero reconfortante, no había tiempo para mas...había que descansar que al día siguiente ya partiría rumbo a la zona Cafetera mas representativa de Colombia para hacer una parte del Eje Cafetero.
✨ Reflexión final
Aquel domingo en la mañana quería irme.
Esa misma noche, no quería que se acabara.
El Putumayo me enseñó que la naturaleza te exige… pero te recompensa con una energía que ningún spa, ciudad o hotel puede darte. Me fui cansado, lleno de lodo, sin muchas fotos… pero con el alma completa.
¡Gracias Putumayo!
📌 Tips para hacer ecoturismo en el Putumayo:
- Repelente de mosquitos (¡de los buenos!)
- Ropa ligera, cómoda y que pueda mojarse
- Cámara sumergible o resistente al agua
- Zapatos con suela antiderrapante
- Hidratación constante
- Hoja de coca para la subida (sí, de verdad funciona)
- Cero celular: conéctate con el entorno
- Seguro de viaje (¡obligado!)
- Mucho respeto por la selva y sus criaturas
- Ah, y si puedes… lleva tus botas 😄
De Colombia me quedé con ganas de visitar Putumayo. La gente nos decía que era peligroso, ya sabía que era cosa del pasado.
ResponderBorrarGenial! Ya quiero conocer!
Saludos desde Paraguay ;)
Elena y Pedro
Que gusto leerles Elena y Pedro... no tenia idea del Putumayo, no se si era peligroso, pero lo que si supe después de mi visita es que es un sitio con una gran belleza natural. Ojalá a la vuelta tengan oportunidad de pasar a conocerle.
BorrarUn abrazo hasta Paraguay!
Yo me vine a vivir en Mocoa por estos paisajes espectaculares que describes. Gracias por contar tu experiencia y espero que mucha más gente venga a conocer esta tierra preciosa pero siempre con el respeto debido ya que la naturaleza es sagrada.
ResponderBorrarQue bien que vives cerca de la mágica entrada al Amazonia, que afortunada(o).
BorrarUn abrazo.