¿Vale la pena visitar Ottawa?...
Llegar de noche a una ciudad siempre (desde mi opinión) tiene un gran ventaja y una gran desventaja, porque puede asombrarte y dejarte una muy grata impresion, o puede decepcionarte apenas al ver con lo que te encuentras y te siembra una idea con lo que vas a despertar y ver a la mañana siguiente.
Ottawa, recibimiento misterioso y tenebroso.
Apenas bajamos del autobús, después de un largo trayecto desde Niagara, y con escala en Toronto, lo primero que nos recibió fue una llovizna fresca nocturna de un noche de verano con una neblina poco común, el silencio ordenado de sus calles y varios "homeless" en el centro de la ciudad. Hay que decir que Ottawa no es una ciudad ruidosa. Tampoco es bulliciosa como Montreal o vibrante como Toronto. Ottawa es tranquila, elegante y con una energía pausada que te invita a caminar despacio.
Nos hospedamos en el Saintlo Ottawa Jail Hostel, un lugar que merece un capítulo aparte: un hostal instalado en una antigua cárcel… sí, literal, una cárcel real del siglo XIX que fue adaptada para viajeros. Dormimos en celdas auténticas, con puertas de hierro, muros gruesos y pasillos largos que te hacen sentir en otra época. Puede sonar inquietante, pero para mi hijo y para mí fue una experiencia única y memorable, su primera vez en un hostel en habitación compartida con otros viajeros. Es uno de esos alojamientos que por sí solos ya valen el viaje.
Al día siguiente, con la luz del sol asomandose por la pequeña ventana de la celda-habitacion, Ottawa mostró su mejor cara: el Parlamento dominando la ciudad desde su colina, los canales navegables, los parques amplios, y una mezcla de arquitectura inglesa y francesa que le da un toque muy canadiense. No hay caos, no hay prisa. Solo esa sensación de estar en una capital sin el ritmo frenético de una gran metrópoli.
El Parlamento y sus ceremonias.
Apenas estar recién bañados, nos fuimos corriendo hasta estar frente al parlamento, donde a diario se hace el cambio de guardia... salvo ese, nuestro primer día en la ciudad (un Martes) en el que el cambio de guardia no se realiza, y en su lugar se presenta la banda sonora deleitando a los presentes con buena musica.
A escasos pasos se encuentra el edificio donde se realizan las audiencias de los Senadores de Canada, ahí nos invitaron a un tour totalmente gratuito y guiado para conocer un poco de las actividades que realizan en su interior. Recomendable y atractivo. Mucha amabilidad de las guias que se encargan de hacer el recorrido.
El Mercado ByWard, corazon gastronomico
A todas horas del día, el mercado ByWard es una atracción mas de la ciudad de Ottawa, con mucho corazón canadiense. Vale muchísimo la pena darse un paseillo por su interior, así como deleitarse de alguna opción de alimentos que tienen en su oferta gastronómica. La verdad es que a nosotros nos recomendó un local hacer el "lunch" en un restaurante con raíces mexicanas (sabiendo que viajabamos desde México), el "Corazon de Maíz", y si tiene toques de sabor a México, pero si lo califiqué con bastante elevado el precio de sus platillos.
Originalmente establecido en 1826 como un lugar de reunión y mercado público para agricultores, vendedores y comerciantes artesanales para vender sus productos, el Mercado ByWard se ha convertido en un vecindario de compras, restaurantes y entretenimiento en interiores y exteriores.
🏛 Parliament Hill
Es el centro político de Canadá y alberga los edificios donde sesionan las dos cámaras del Parlamento: la Cámara de los Comunes y el Senado. Es uno de los lugares más visitados de Canadá y un símbolo nacional.
- Construcción original: Entre 1859 y 1866.
- Reconstrucción: Fue reconstruido después de un incendio devastador en 1916; la nueva versión se completó en 1927.
- Estilo arquitectónico: Neogótico, con torres, arcos y detalles en piedra.
- Torre del Reloj: la torre que se puede apreciar al centro es la Peace Tower (Torre de la Paz), tiene 92 metros de altura, y fue construida como memoria a los canadienses caídos en la Primera Guerra Mundial.
- Uso actual: alberga la Cámara de los Comunes, el Senado y oficinas parlamentarias.
- Interior: destaca por sus salas con tallados en piedra caliza, vitrales y el Memorial Chamber en la torre.
Nos dijo un amable y sonriente habitante de la ciudad de Ottawa que ellos tienen dos estaciones del año: invierno y construcción. Así que no es sorpresivo que el Parlamento se encuentre cerrado y en remodelación.
🎖 Ceremonia (Changing of the Guard)
Lo que se ve en la foto en el césped es el Cambio de Guardia (Changing of the Guard), una ceremonia militar de verano que se realiza todas las mañanas frente al Parlamento, con uniformes rojos y gorros de piel de oso (como la Guardia Real británica).
El Canal Rideau y Château Laurier
La zona de las esclusas conectan el canal con el rio Ottawa. Por un lado se puede ver y admirar el ya icónico Fairmont Château Laurier, un histórico hotel que mas bien parece un castillo. El canal y sus esclusas fueron construidos por el ejercito británico entre 1826 y 1832 como ruta estratégica para evitar el rio San Lorenzo, que en ese tiempo era vulnerable a un ataque estadounidense. Tiene una longitud de poco mas de 200 metros, la conexión entre Ottawa y Kingston. Fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007.
Este sistema de esclusas permite que embarcaciones superen un desnivel de unos 24 metros entre el río Ottawa y el canal. El mecanismo original manual todavía se utiliza. Su uso el día de hoy: navegación recreativa en verano (tuvimos oportunidad de ver en acción tal maravilla de la ingeniería cruzando un pequeño Yate) y, en invierno, gran parte del canal se convierte en la pista de patinaje sobre hielo más grande del mundo.
“El Fairmont Château Laurier, inaugurado en 1912 y con un estilo que recuerda a los castillos franceses, se alza junto al canal como si vigilara la ciudad. Fue construido por la Grand Trunk Railway… y dicen que su primer presidente, fallecido en el Titanic, aún recorre sus pasillos.”
Actualidad: Forma parte de la cadena Fairmont Hotels and Resorts y sigue siendo uno de los hoteles más lujosos y fotografiados de la capital canadiense.
“Ottawa quizá no grite su encanto a primera vista como otras ciudades canadienses, pero si le das un par de días, te susurra grandes historias que solo los viajeros curiosos descubren. ¿La tienes en tu lista?”
